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Manuel Orjuela

Con una sonrisa en el rostro, que ya no se puede observar debido al uso de tapabocas, inician las jornadas de Manuel Orjuela, esa misma sonrisa que ni la pandemia, ni la crisis económica, han podido borrar.

 

Por sugerencia de su lugar de trabajo, al salir de casa no porta su característico uniforme blanco, azul o gris; con el fin de precaver que este no se convierta en un foco de contagio y, así mismo, para evitar discriminaciones por esta indumentaria que lo distingue como personal de la salud. Manuel se sube al transporte público que lo lleva hasta el sitio donde labora, anhelaría hacerlo en su bicicleta ya que es una medida apropiada para evitar aglomeraciones, sin embargo, tiempo antes de que iniciaran las medidas de confinamiento, fue víctima de un hurto que lo despojó de este artefacto.

 

Su lugar de trabajo ha adoptado medidas de bioseguridad extensas, con el fin de no contagiar  a  los adultos mayores que se encuentran dentro de esta fundación. Manuel es consciente de que debe acatar cada uno de los protocolos, pues de estos depende su integridad, la de su familia y la de sus pacientes.

 

Detrás de su sonrisa, Manuel logra camuflar la preocupación que le ha generado la crisis económica derivada del COVID-19, debido a que los gastos de su hogar, que antes compartía con su esposa, actualmente recaen sobre él. Las dificultades económicas agobian a muchos más colombianos que, como es el caso de Manuel, contaban económicamente con el apoyo de sus parejas, pero que por desempleo o por reducciones en los salarios, no han generado los ingresos habituales. Sergio González, psicólogo de Profamilia, asegura que para evitar que estos problemas económicos trasciendan a otras esferas, es fundamental la comunicación y verbalización de las dificultades con la pareja, buscar apoyo emocional y establecer un presupuesto para control de gastos.

 

Sin importar lo arduas que son sus jornadas, Manuel retorna a su casa con la satisfacción de haber entregado lo mejor de sí en el proceso de cuidar adultos mayores que, según afirma, representan el pilar y la fuente de sabiduría en la sociedad. Al llegar a casa realiza todos los protocolos de limpieza requeridos, posteriormente, se dispone a compartir con su esposa e hijo, pues sabe lo difícil que es estar afuera, mirando a los ojos a este virus, y lo privilegiado que es por estar de nuevo con los seres que tanto ama.

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