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Karen Pinzón

Cantando y bailando, así comienzan las clases que Karen Pinzón Rangel imparte a niños de la primera infancia. Generalmente, la alegría que inunda a estos pequeños se traduce en risas y cantos que colman las aulas de clase, esas risas que aún están presentes, pero ahora desde la virtualidad.

 

Físicamente al frente de esta docente de inglés no se encuentra más que un asiento que sostiene su computador portátil, sin embargo, esto no es impedimento para que aquellos pequeños continúen cantando y bailando, desde la distancia, al son de las canciones que Karen les enseña.

 

La sala de la vivienda donde Karen reside se transformó, rápidamente, en una pequeña versión del salón donde normalmente realizaría sus clases. Este espacio tiene todo lo que necesita para el desarrollo de las asignaturas que imparte, lo que sumado a su amor por la educación, forma el conjunto completo de todo lo que se requiere para romper las barreras físicas que el confinamiento le impuso a la enseñanza.

 

Cada rincón de su casa es un set de grabación tentativo, además, cada miembro de su familia es susceptible de convertirse en camarógrafo, esto con el fin de ayudar en el proceso de grabar los ejercicios prácticos que Karen deja como tareas a sus estudiantes. Pinturas, papeles de colores, escarcha y colbón, se convirtieron en los principales protagonistas de estos videos que cada tarde prepara para estos pequeños.

 

La carga laboral aumentó para Karen, ya que no dispone de espacio dentro de su jornada para realizar los procesos de preparación de clases y calificación de actividades. Al terminar las clases sincrónicas que imparte, es tiempo de preparar el material audiovisual para complementar los procesos de enseñanza. La rutina es agotadora, y Karen lo siente al final del día. Las horas extra han obligado a que esta docente renuncie a espacios para descansar y compartir en familia. El dedicarse por completo al trabajo, ha hecho que el confinamiento se convirtiera en algo monótono, así lo afirma Karen. Para evitar que en el desarrollo del homeoffice se presenten esta clase de problemas, Sergio González, psicólogo de Profamilia, recomienda organizar cronogramas y rutinas que faciliten el desarrollo profesional, el establecimiento de pausas activas y la delimitación clara del espacio laboral y el espacio familiar.

 

Sin importar el cansancio que esta modalidad de enseñanza ha causado en Karen, sus energías se recargan al escuchar que, durante los cinco minutos que da a sus estudiantes en cada clase para que dialoguen entre ellos, mencionan lo felices que se sienten al ver y escuchar a sus compañeros y profesores, ya que durante el confinamiento, esas videollamadas son el único contacto que tienen estos niños con el mundo exterior. La sonrisa de sus estudiantes y sus palabras, la motivan a continuar trabajando para dejar lo mejor de sí misma en cada actividad que prepara para ellos.

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